El capitulo comienza relatando
que tras cada una de las persona existe un JUEZ, esta figura desagradable que
surge de nosotros mismos. Los jueces tienen el objetivo de intimidarnos, estremecernos y anular nuestra personalidad
frente a los otros.
El autor describe algunas ocasiones
en donde nos vemos enfrentados a circunstancias incomodas ante el público, ya
que nos enfocamos solo en aspectos negativos, y como consecuencias nos producen
gran inseguridad. Hay acciones que podemos realizar o improvisar solos, pero
que al momento de realizarlas frente a un público se nos hace imposible hacerlas
de la misma manera. Asimismo, nos enfocamos en nuestros temores e inseguridades,
en vez de enfocarnos en nuestras habilidades.
Nos señala, que los jueces nos
limitan constantemente con sus leyes, reprimiendo nuestra verdadera
personalidad y habilidades. Es por esto, que debemos tratar de ridiculizarlos,
mirarlos en menos y minimizarlos. En base a estas herramientas podremos ser
nosotros mismos, sacar a flote nuestra espontaneidad, con el objetivo de
formarnos de mejor manera y realizar cada una de nuestras metas, sin el miedo
de hacer el ridículo
En mi opinión personal, el texto
nos hace reflexionar respecto a cómo nos enfrentamos a circunstancias difíciles.
Creo que los jueces que a veces nos
dominan, nos impiden ser como VERDADERAMENTE SOMOS.
Se manifiestan en nuestras expresiones, voz, nudos en la garganta, tartamudez y timidez. Pero lamentablemente todas estas surgen de nosotros mismos, ya que no podemos controlarlas y dejarlas de lado para sacar nuestra personalidad.
Se manifiestan en nuestras expresiones, voz, nudos en la garganta, tartamudez y timidez. Pero lamentablemente todas estas surgen de nosotros mismos, ya que no podemos controlarlas y dejarlas de lado para sacar nuestra personalidad.
Es por eso, que debemos sacar lo mejor de nosotros mismos.
No dejemos que nuestros jueces nos acobarden, ante nuestras metas.
No nos dejemos capturar por nuestros miedos.
Ganémosle a aquellas circunstancias que nos aterrorizan
y desarrollemos nuestra verdadera personalidad, por sobre la vergüenza.
No dejemos que nuestros jueces nos acobarden, ante nuestras metas.
No nos dejemos capturar por nuestros miedos.
Ganémosle a aquellas circunstancias que nos aterrorizan
y desarrollemos nuestra verdadera personalidad, por sobre la vergüenza.
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