Esta fue una clase súper entretenida llena de
diversas actividades:
Al comenzar la clase formamos grupos de 4 a 6
personas para realizar una breve interpretación de la canción “Gastón”, para
realizarla teníamos un tiempo determinamos no más de 15 minutos de ensayo, y presentarla
en frente de la clase.
La idea era que cada integrante se repartiera las
tareas para que saliera una presentación coordinada y dinámica. En el caso de
mi grupo la organización fue óptima, ya que dos personas tocábamos la flauta y
las dos restantes cantaban, para luego en la segunda parte reunirnos cantando y
bailando al mismo tiempo. Al terminar fuimos evaluados y criticados por nuestros
compañeros, donde se nos brindo críticas constructivas de cómo mejorar nuestra presentación
para la siguiente clase.
Posteriormente, la profesora colocó variadas músicas,
donde a través de estas melodías debíamos caminar por la sala, con chocarnos,
dejando fluir la música por nuestro cuerpo. Siguiendo el mismo sentido,
formamos parejas al azar (una al frente de la otra), debíamos mirarnos a los
ojos y hacer movimiento que estuvieran acorde con la música. Luego, tratar de
hacer preguntas y respuesta con nuestro cuerpo, sin dejar de sentir la música.
Finalmente, en una actividad diferente a las propuestas
anteriormente, comenzamos a oír las melodías que la profesora reproducía en la
computadora. Se presentaron 3 distintas melodías con el objetivo que lográramos
identificar en ellas los instrumentos y la intensidad, sentimientos que nos
causaban e imaginarnos a los lugares que nos llevaba. Asimismo, se nos pidió dibujar
en el cuaderno lo que sentíamos al escuchar la música con los ojos cerrados.
En conclusión, fue una clase bastante alegre, donde
realizamos dinámicas en grupos, bailes en parejas y tocar instrumentos. Pero
sobretodo retomamos la importancia de desarrollar el sentido de la audición, ya
que siempre es importante esta habilidad al momento de centrarse en la música.
Esta clase también nos ayuda a tomar más confianza en nosotros mismo, perder la
vergüenza y conectarnos con nosotros mismo.
Qué alegría tus escritos! gracias.
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